miércoles, 28 de octubre de 2015

Capítulo 31: EL PROBLEMA DE LOS TRES CUERPOS

Logo de los premios Hugo

Con mis ansias por encontrar nuevas experiencias en el campo de la ciencia-ficción literaria de calidad, suelo acudir a los anales del prestigioso premio Hugo a la mejor novela, galardón que, si bien es otorgado con todas las desventajas de ser elegido democráticamente entre aficionados al género (¿puede la calidad artística ser asignada por votación?), suele recaer sobre obras que, con la perspectiva que da el tiempo, de verdad merecen la atención del lector exigente. Este verano se ha otorgado el correspondiente a 2014 en medio una amarga polémica de por medio entre quienes defienden la total libertad de elección, sin trabas, y quienes exigen una mayor atención a obras "en la línea clásica", esto es, de autores masculinos y anglosajones de mediana edad, a ser posible discípulos de los maestros de siempre (Heinlein, Asimov, Clarke) y sin filiaciones ideológicas y sociales "en boga", llámese feminismo, homosexualidad, transexualidad, minorías étnicas, defensa del tercer mundo, etc. Quienes hacen promoción de este establishment clasicista, que se llaman a sí mismos "cachorrillos tristes" o "cachorrillos rabiosos" según su grado de radicalismo, afirman que en los últimos años se han otorgado muchos premios por una cuestión de simpatía hacia miembros o defensores de estas causas políticamente correctas, lo que según ellos ideologiza el premio Hugo y le quita seriedad.


Tras un montón de premios menores que quedaron desiertos por culpa de esta polémica, se alzó con el Hugo a la mejor novela la que ha sido para mí una sorpresa mayúscula en el género de ciencia-ficción reciente: The Three-Body Problem, del autor chino Cixin Liu. El libro llevaba varios años publicado en chino, aunque fue el año pasado cuando se tradujo oficialmente al inglés. Uno no sabe lo que va a encontrarse cuando se topa con una obra literaria de un género que le gusta, pero que procede de una cultura de la que no se ha leído casi nada, de modo que afronté la lectura -en inglés- de la galardonada novela con algún que otro reparo. Me duró dos días, e inmediatamente me hice con su segunda parte, The Dark Forest, publicada este mismo año. Todavía estoy maravillado, y hace un par de meses que los terminé. Es la clase de historia que se va revelando a sí misma a pequeñas dosis, y ni siquiera las portadas de los libros parecen querer darnos pistas sobre el argumento, pero como pretendo recomendarlos, es necesario que nos pongamos en situación y soy incapaz de ofrecer una sinopsis libre de eso que llaman "spoilers". Lo he intentado, pero es imposible.

Si prefieres no saber nada antes de empezar la lectura, no sigas leyendo.

Va en serio. Tú sabrás lo que haces.

Cixin Liu (de www.scmp.com)

El libro consta de tres tramas argumentales que solo bien avanzada la historia comienzan a encajar. La primera nos habla de una joven china que vive en propias carnes los años más duros de la Revolución cultural, a finales de los sesenta, llegando a contemplar el linchamiento y asesinato de su padre a mano de estudiantes enfervorecidos. La muchacha, tras pasar por todo el sistema de reeducación maoista, termina como subalterna en una especie de primitivo programa SETI chino, y enfrentada a la difícil decisión de revelar la posición de nuestro planeta a una raza extraterrestre hostil y abrumadoramente superior en lo tecnológico con la que logra contactar.

Una segunda trama se centra en un técnico y empresario que fabrica una microfibra muy resistente con múltiples aplicaciones. Es testigo de un extraño fenómeno en el mundo científico que parece imposible cualquier profundización en el campo de la física subatómica, llegando a causar que muchos cerebros internacionales cometan suicidio por pura frustración vital. Algo boicotea los avances tecnológicos más importantes de nuestro mundo, y al protagonista masculino de la novela se le llega a plantear un ultimátum directo: deja de fabricar tu producto o morirás.

La tercera trama es la que da título al libro. El problema de los tres cuerpos es una cuestión teórica de la física, no demasiado difícil de explicar. A ver, cuando tenemos dos cuerpos, digamos esféricos, sometidos a atracción gravitatoria, es bastante fácil predecir cómo se comportará uno respecto al otro. Hacer cuentas para ver cómo bailan en el vacío es sencillo. El problema llega cuando añadimos un tercer cuerpo a la danza, ya que todavía no existe un modo de prever cómo se van a comportar los tres objetos más allá de ciertos patrones probables que no necesariamente se cumplirán a medio y largo plazo. Este enigma es clave en la tercera trama de la novela, ambientada en una especie de mundo fantástico -o eso pensamos al principio- en el que diversos astrónomos de todas las épocas intentan resolver el problema por mandato de un importante mandatario que reside en una pirámide en medio de un paisaje devastado. Su mundo es destruido en sucesivas ocasiones por la caótica configuración astronómica de un sistema solar triple, lo que hace imprescindible tener, al menos, la capacidad de prever los cataclismos para hacerles frente con éxito. Tres soles, tres cuerpos en una situación de caos.


La segunda entrega, El bosque oscuro, plantea la situación antes descrita como origen de un enorme esfuerzo mundial para evitar lo que se avecina: la invasión y aniquilación de la humanidad ante la poderosísima civilización de los tres soles, curtida tras años de lucha contra lo inhóspito de su propio mundo, y que se dirige hacia nuestro sistema solar a enorme velocidad con una flota impresionante. Algo más de cuatrocientos años tardará en llegar desde Alfa Centauri, pero a pesar del amplio margen de que disponemos, nuestros esfuerzos científicos han quedado bloqueados a perpetuidad, por lo que en este plazo no podremos evolucionar en lo tecnológico. Y esta es solo la premisa, porque esta segunda parte (mejor todavía que la primera) contiene un espectacular giro argumental cada diez o doce páginas.


Está previsto que la tercera y última novela de la serie, Death's End (El fin de la muerte) se publique en inglés en enero de 2016, y aunque mis expectativas son inimaginables después de la experiencia de los dos primeros libros, no sé muy bien cómo va a regresar Cixin Liu sobre una historia que parece cerrarse por completo al final de la segunda entrega. Tampoco sé si la adaptación al cine que se está rodando en China tendrá la calidad del material literario. De lo que no tengo duda es de que antes o después se publicará The Three-Body Problem en español, e insisto en que nadie debe perdérselo.

Lo más deslumbrante de todo, y con esto concluyo, es cómo todavía puede llegar uno a sorprenderse (y emocionarse) a estas alturas con la tan sobada premisa de la invasión extraterrestre. No en vano, dicen de Cixin Liu que es el Arthur C. Clarke chino. Me quedo preguntándome quién considera su premio Hugo una victoria, los "cachorrillos" o los demás...

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