jueves, 17 de enero de 2013

LONG JOHN SILVER Z


Cuando Robert Louis Stevenson le pidió a su hijo que le definiera las claves de la novela perfecta, el chaval le pidió que no saliera ninguna chica,  ni historias tangenciales, ni subtramas de amor, sólo piratas, tesoros, naufragios, abordajes, y que el protagonista fuera un niño de su edad. Lo que no se le ocurrió pedir fue: ¡Zombis! El gran virus Z que está infectando a los clásicos ya se ha propagado por La Isla del Tesoro, así que para el hijo de Stevenson ya la mezcla sí que sería perfecta, supongo. Recordad que estas son las novelas originales, con injertos zombi. Un día veremos Platero, zombis y yo, con Juan Ramón Jiménez diciéndole al burro: "¡Platero, mira esa florecilla! ¡Oh, y un zombi que camina hacia nosotros! ¡Arre Platero, arre!" 

2 comentarios:

  1. Me gusta mucho la literatura Z, pero estas adaptaciones de clásicos como El lazarillo, Orgullo y prejuicio, etc me parecen lamentables. No es por la cara, en mi opinión, de fusilar un libro introduciendo unas cuantas líneas de zombies. Es que los resultados son penosos y no he conseguido terminar la lectura de ninguna de estas adaptaciones Z.

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    1. En serio, qué aburrimiento de zombies. Esta moda es tan horrorosa como el Gangnam Style y lleva ya dos o tres años. Basta ya zombies, señores editores.

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