domingo, 1 de julio de 2012

EL TERMINATOR 2 DE LAS PELIS SOBRE LITERATURA

La película Smoke de Wayne Wang y Paul Auster fue un exitazo porque era simpatiquísima, y contenía fragmentos sólo narrables en imágenes. Al final Harvey Keitel contaba una historia como sólo él sabe hacerlo, en un plano medio que se iba aproximando por momentos,   hasta llegar a un primerísimo plano de sus ojos, siendo nosotros el receptor a través de los ojos del escritor (alter ego de Auster) en el explicit ya nos tenía sujetos y emocionados, algo que luego veíamos en imágenes, con un pequeño cortometraje que nos enseñaba otra clase de narrativa. El "cuento de navidad de Auggie Wren" encandilaba a cualquiera que ya estuviera disfrutando de la hora y media previa de humanidad y diálogos geniales.  El resultado y las críticas fueron tan buenas, que con todas las escenas no utilizadas y que hoy hubieran aparecido como extras de una superedición en DVD, hicieron otra peli con añadidos en las que se subieron al carro un montón de famosos, Madonna incluida. El experimento se llamó Blue in the face. Los guiones eran tan buenos, que se hizo una edición de ellos, cosa que sólo ha ocurrido aquí en España con Aranoa, Tarantino y Almodóvar.  El peso del humo fue un experimento tan fructífero, que Auster quiso probar suerte en el cine con una película soporífera que nadie entendió (Lulu on the bridge) y regresó a sus fueros literarios de los que sólo salió para dirigir  un programa radiofónico, arbitrando un concurso literario cuyos fantásticos resultados también publicó Anagrama (Creía que mi padre era Dios)

Libros enemigos del bolsillo y del formato electrónico.

Circulan por Internet numerosas quejas sobre la reciente edición de Danza de dragones por parte de la editorial Gigamesh. La quinta entrega de Canción de hielo y fuego va camino de convertirse en prototipo de una nueva estrategia comercial que se basa en lo siguiente: cuanto más esperado sea un libro y mayor sea el número de compradores potenciales, mayor debe ser su precio. El tomo en cuestión, que -recordemos- se trata de una edición de lujo en tapa dura con sobrecubierta, muy cuidada, cuesta 46 excesivos euros.

Edición de lujo: 46 euros. Edición en rústica (2 tomos): 36 euros.

Recordemos que el verano pasado, la edición original en inglés salió a la venta por unos 18 euros, también en tapa dura con sobrecubierta, papel de gran calidad y etc., etc. La diferencia de precio, afán de lucro aparte, puede deberse al carácter "familiar" de la editorial Gigamesh, que se hizo con los derechos de publicación de la saga de George R. R. Martin en castellano cuando se trataba de una serie de títulos semidesconocidos. El filón llegó con el estreno de la serie de televisión, y en Gigamesh se han reunido varias circunstancias que han elevado el precio. Se acerca el invierno... a tus bolsillos.

Por un lado está el coste de la edición, que seguramente necesite un margen alto de beneficios para una editorial pequeñita; y por otro, la inevitable consciencia de que los fans van a pagar lo que sea por el libro, ya no por poder leerlo (la mayoría lo ha leído hace tiempo en inglés o en formato electrónico), sino por exhibirlo triunfalmente en la estantería junto a los volúmenes anteriores tras una espera de cinco añazos. Lo que comentaba José Miguel sobre los trofeos de caza se hace aquí realidad de manera palpable. Encima, en Gigamesh son moralmente reacios a las descargas legales en formato digital, con lo que invitan a hacerse con el libro en .pdf o .epub por la vía clandestina. Porque leerse, el libro se va a leer. Es una maravilla literaria.

Estooo... ¿Alguien para avalarte el préstamo bancario?

Pese a que alguna de las razones expuestas anteriormente pueden justificar un cierto aumento de precio respecto a otras editoriales más poderosas, las ediciones en rústica y en bolsillo siguen siendo 5 o 6 euros más caras de lo habitual en otras firmas, lo que las hace 10 o 15 más caras de lo humanamente razonable. En España seguimos lanzando ediciones grandes en tapa dura a precios excesivos (si, un libro que cueste 18 euros sigue siendo caro), retrasando las versiones en bolsillo muchísimo más que en otros países, para poder exprimir mejor el limón, y, en términos muy generales, demostrando que también en la industria librera el más granuja sigue siendo el más listo. 

Con menos canallas y más trabajadores y empresarios serios, mejor nos iría. Y que conste que no hablo solamente de libros.