miércoles, 29 de febrero de 2012

DECONSTRUCTIVISMO

Es una corriente de análisis literario que pretende captar, además de la forma del texto, qué quiso decir el autor o qué le influyó de manera consciente o inconsciente para hacerlo. Toma mucho del psicologismo. A ella se opusieron el behaviorismo y los tradicionalistas. Aquí mismo hemos rizado el rizo más de una vez (que si el significado oculto de Moby Dick, o Robinson expiando sus pecados en la isla, o la hermenéutica de tal o cuál obra) como si el autor pretendiera incorporar a sus obras una especie de código secreto. Y a veces, aunque el elemento sea extrapolable a cualquier hermenéutica profunda, el autor no dijo más de lo que en ese momento escribía, y no se puede fabricar una especie de trituradora de ideas que abarque todo. El problema es con obras que están escritas para que se teorice e interprete sobre ellas, como Joyce, García Márquez etc.

DUELO DE TITANES I : Hoy, CELA VS. DOSTOYEVSKI


Cuando hizo furor el libro del posterior premio Nobel "La familia de pascual Duarte", debido a su tremendismo, y con el mérito de su lenguaje (argumentalmente desagradable hasta decir basta) se anunció a un gran escritor que bebía de Crimen y castigo. Cela fue grande por otros libros no tan tremendos, coexistiendo muchos Cela distintos. El bueno, el de Viaje a la Alcarria, el vanguardista de Pabellón de Reposo, el quevedesco, y el encumbrado e innecesario de nuevo viaje a la Alcarria con choferesa negra y patrocinio de Campsa. Pero ese Pascual Duarte, que ensaya disparando a su perro el asesinato de su madre, es un libro oportunista de un momento en el que desaparece de golpe el nihil obstat. Si comparamos esos tremendismos con las burradas de algunos de los Hermanos Karamazov, veremos que en Dostoievski están engarzadas y justificadas con el buceo del mal en el alma humana, en tanto que en Cela son simplemente gratuitas, y solo pueden espantar a los ingenuos.
PRÓXIMAMENTE: SAN AGUSTÍN VS. TOMÁS DE AQUINO

miércoles, 15 de febrero de 2012

LAS MINAS DEL REY SALOMÓN


Llena de todos los tópicos de la novela colonialista inglesa, la obra de Haggard posee cacerías de elefantes, travesías por el desierto, golpes de estado en tribus indígenas, malvadas hechiceras, y batallas por doquier. Lo curioso es que el autor plantea que el camino hasta las minas de los diamantes que ignoran los kukuanos, fue hecho por egipcios o incluso una civilización anterior, lo que convierte al escritor en una especie de precursor de Von Daniken. Respecto al héroe, Allan Quatermain parece que tiene siempre esa descripción crepuscular de entrega a una última aventura (¿es que siempre va a ser un héroe cansado?) y sólo busca riquezas para ayudar a su hijo, que estudia en la Universidad en Londres. Allan Quatermain contiene los mismos ingredientes: largas descripciones, acción trepidante, cruentos combates «sólo para encontrar la muerte como el oleaje en los acantilados», y donde las voces humanas no pueden ser oídas «en medio del clamor de los aceros y de los aullidos de furia y de agonía». Por las Minas de Salomón pasaron también Tarzán, Maciste, e incluso Abbot y Costello y el Tío Gilito y los sobrinos. Son parte ya del imaginario colectivo. Por último, es curioso constatar que el recurso de engañar a la tribu haciéndose pasar por dioses que oscurecen el sol en un eclipse, fue directamente fusilado por Hergé para el álbum de Tintín: El Templo del Sol.

martes, 14 de febrero de 2012

Capítulo 22: LA RUEDA DE LOS ANILLOS


Hace muy pocos días he terminado la primera entrega de la larguísima, mastodóntica y clásica saga La rueda del tiempo, del norteamericano Robert Jordan. La serie ha estado rondándome desde que me puse a descubrir de lleno el género fantástico, y sabía que antes o después le daría el primer bocado. La primera entrega, un libraco bastante grueso, tiene como título original The Eye of the World (1990), o El ojo del mundo, tal como se publicó en España por primera vez. Sin embargo, este primer volumen ha sido publicado posteriormente en nuestro país dividido en dos tomos independientes: Desde Dos Ríos y La Llaga. Es evidente para el lector que ambas historias son un todo sin posibilidad de división, lo que dice muy poco en favor de Timun Mas, y menos aun en favor de los treinta y tantos euros que vale cada libro en tapa dura. Es decir, uno por el precio de dos, y difícilmente localizaremos por ahí alguna edición en bolsillo (salvo una de la primera parte, Desde Dos Ríos, que salió a un euro en plan promoción). Viva el formato epub, y viva Internet.

Robert Jordan

En fin, a lo que íbamos. Resulta que Jordan no solamente homenajea a Tolkien, profeta universal de la fantasía épica, sino que casi nos parece que El ojo del mundo es una versión episodio por episodio de El Señor de los Anillos, con casi todos los elementos levemente más humanizados. Tenemos un grupito de chavales granjeros que bien podrían haber sido hobbits, atacados por misteriosos jinetes negros encapuchados. Tenemos un Gandalf, dividido aquí en dos personajes que se complementan: un bardo que encarna la parte más festiva del mago tolkiano y además se sacrifica por los protagonistas mientras les suelta eso de "¡huíd, insensatos!"; y una especie de sacerdotisa con poderes mágicos que completa al mago en su vertiente mística y lanzadora de hechizos. No falta el adusto y lacónico guerrero -con ciertos derechos dinásticos- que salve las espaldas de los campesinos, ni las cuadrillas de monstruos deformes con cimitarras, aquí llamados trollocs en vez de orcos. No se echa de menos la presencia de un Gollum, ya que hay por ahí algún antiguo buen hombre caído en desgracia y desfigurado por una vejez extrema que se arrastra en la oscuridad de los pasadizos tras la cuadrilla de héroes. No falta un Señor Oscuro, aquí un personaje un tanto indefinido que se aparece en los sueños de los campesinos con ojos y boca lanzando llamas y hablando sobre su irrevocable destino. Y por supuesto, no falta un elegido al que todo el mundo lleva esperando desde el año de la tos, que ¡oh, sorpresa! justo al final resulta ser el personaje desde cuyo punto de vista ha sido contada toda la historia.

Portada de una versión en cómic.

Es decir, que no solamente tenemos un argumento calcado de cabo a rabo de la obra más archiconocida de Tolkien, sino que encima Robert Jordan parece querer zanjar todo el asunto en este primer tomo, recurriendo incluso a algunos trucos pueriles para hacer avanzar la historia (una especie de agujeros interdimensionales que hacen viajar entre los puntos más alejados del enorme mapa con que cuenta el libro) a conveniencia de lo que se le va ocurriendo según escribe. Probablemente, y es una conclusión que ni los más fans del autor podrán discutirme con pruebas serias, el norteamericano escribió este libro como un divertimento ligero para incondicionales del género, improvisando sobre la marcha en más de un punto y más de dos y, solamente a raíz de su inesperado éxito como best-seller, se decidió a escribir los otros catorce o quince tomos posteriores, en España más de veinte con la cosa de dividirlos. Se nota que este libro es perfectamente autoconclusivo, y su final bien podría haber quedado tal cual.

Edición británica en bolsillo (la que yo he leído).

La cosa es que, guardando cierto distanciamiento, me he divertido leyéndolo. Robert Jordan es muy ágil y cinematográfico en su estilo, y la historia se desarrolla a un ritmo vertiginoso que invita a seguir leyendo a pesar de que sabes perfectamente todo lo que va a pasar. De alguna manera, la novela es tan descaradamente arquetípica que su maniqueísmo le da carisma. Quizá lo peor de ella, y sé que ya la he puesto a parir, es que Jordan se afana muchísimo en ir dando breves pinceladas a una mitología totalmente incomprensible, llena de nombres imposibles de recordar aun para los aficionados al género más curtidos. Quizá piensa que el lector va a ser capaz de ir atando cabos sobre la marcha, pero esto es tarea imposible, y solamente ve uno la luz al final del túnel si echa un vistazo a los apéndices al final del volumen. Tampoco es que la mitología vaya mucho más allá del batiburrillo rolero y new-age orientalista, pero por lo menos sí se vislumbra una cierta coherencia que, repito, no se atisba en la lectura del propio libro.

Portadas de las ediciones de Timun Mas, que (juntas) componen la primera entrega original.

Creo que El ojo del mundo puede gustar a quien realmente necesite desconectar de cosas más serias mediante un libro largo y sencillito, con mucha acción y poco fondo. Es perfecto para llevar en la mochila y leer en el autobús. Sin embargo, y a falta de seguir quizá en un futuro a largo plazo con la saga, me ha sabido a poco. Igual es que yo pedía peras al olmo.

NEMO, CORAZÓN DE HIELO


En una anterior entrada lamentaba que Alan Moore hubiera autodestruido su saga de los Gentlemen, que ha de culminar en una futura aparición de Century:2009. Pues bien, tal es el mal sabor de boca que ha dejado su último trabajo que parece que el sentir general entre sus fans ha sido el mismo, pues él, en persona, ha debutado en la red con una videoconferencia en directo de 2 horas y media. Moore se mostró amable, agradable y muy predispuesto a resolver cada una de las dudas que se le planteaban. Algo que contrasta con las acusaciones recientes que se han vertido sobre él de ser un viejo ermitaño e intransigente que no quiere saber nada del mundo. Confirma que la última obra del grupo, “The League of the Extraordinary Gentlemen – Century: 2009”, está terminada y saldrá pronto a la venta. A su vez, Moore también adelantó que el próximo proyecto con la Liga será un número de 48 páginas titulado “Nemo: Corazón de hielo”, y que también será dibujado por Kevin O’Neill. La historia tiene lugar en la Antártida durante los años 20, con el Nautilus varado atrapado en un iceberg, y contendrá elementos de la obra de H.P. Lovecraft y el Gordon Pym de Poe. Según parece el guión está prácticamente terminado, por lo que el guionista augura que podría salir a la venta en otoño. Pero lo más sorprendente es JERUSALEM, una novela en la que lleva ya un tiempo trabajando. Asegura que se trata de un proyecto más ambicioso que cualquier otro que haya realizado en cómic. El libro ya tiene editor, pero no se conoce aún fecha de salida. Miedo me da lo que pueda salir de ahí, visto lo difícil de leer que era La Voz del fuego, pero es algo a tener en cuenta.

lunes, 13 de febrero de 2012

DICKENS ES EL INVIERNO


Una vez, tras una lectura en público, una mujer se acercó a Dickens y le dijo: "¿puedo tocar la mano que ha llenado mi casa de tantos amigos?" . Y es que esos personajes son tan cercanos, que el mismo Dickens incitaba al público a acercarse y confortarse con la lectura, como si estuviésemos todos alrededor de la chimenea. La gran humanidad de sus creaciones radica en cómo se sobreponen a la adversidad y a la falta de misericordia. David Copperfield sufre al par que ama a su caprichosa esposa. Oliver Twist siente cómo el juez de su adopción se apiada disimuladamente para que no lo adopte un desalmado. El señor Scrooge, que había alardeado de carecer de sentimientos, llora. Y todo encaja: David Copperfield nace con el amnios natal pegado a su cara, augurio de que jamás moriría ahogado, y es su amigo, el que destrozó el hogar que David amaba, el que naufraga en esa misma playa. Consciente de la magia que invertía en su texto, Dickens se negó incluso a representar "Cuento de Navidad" ante la Reina Victoria y unos pocos allegados, no sea que el escaso número de oyentes reste calidez a la audición, concebida para un auditorio mayor.

miércoles, 8 de febrero de 2012

Charles Dickens: (todavía) un genio a reivindicar.

Todo el mundo conoce a Charles Dickens. Eso no se pone en duda, ya que su alcance popular es inmenso, difícilmente igualado por otros autores en cualquier lengua. En el Reino Unido, de hecho, solamente Shakespeare parece estar por encima de este monstruo decimonónico como cumbre absoluta de las letras inglesas. Y todavía te encuentras reticencias en los círculos literarios más exquisitos.


Como suele ocurrir en estos casos, Dickens es menospreciado precisamente por su éxito, porque alguien que vendía best-seller que todo el mundo -incluido el pueblo llano- podía disfrutar con plenitud siempre es puesto bajo sospecha, hoy todavía más que en sus propia época. El daño causado en la crítica literaria por las nunca superadas tesis del Modernismo sigue relegando al bueno de Charles a una especie de "limbo de los justos", primero por dar preeminencia supuestamente a la urdimbre argumental sobre la introspección en los personajes; segundo, por la costumbre nada acertada de colocarle el adjetivo "victoriano" o encajarlo en los tiempos de la mugre en la primera revolución industrial.


Charles Dickens vivió en los tiempos de la reina Victoria, sí. Y escribió sobre muchas de las cosas que sucedían durante la revolución industrial en Gran Bretaña. Pero convertirlo en un mero ejemplo de una época o una sociedad muy bien definidas en el tiempo le resta validez como autor universal, y ahí se hacen fuertes sus detractores más carcas; porque, tal como ocurre efectivamente con Shakespeare, el alcance de su obra es universal. Miedo da observar muchas de las tramas de sus novelas (pensemos en Tiempos difíciles u Oliver Twist) a la luz de la actual crisis económica, como miedo dará observarlas en todos y cada uno de los momentos futuros y pasados en que haya abismos entre los derechos de ricos y pobres, entre desfavorecidos y privilegiado; mientras haya pícaros callejeros y clasistas burgueses, niños explotados y adultos sin salida.    


Coloquemos a Dickens donde se merece, ahora que cumple 200 años de existencia, aunque ya podía haberse hecho hace mucho tiempo. Y de una vez por todas.

martes, 7 de febrero de 2012

LOS HAIKUS


Nunca me habían interesado los poemas sin rima , porque los veo facilones y a sus creadores acomodados. Pero estos poemas japoneses no son de verso libre, y es en lo abrupto y en la pausa de su tercer verso donde poseen una reflexión de imaginarios puntos suspensivos. Han de medir 5-7-5- y contrastar elementos de la naturaleza, tal y como el poeta la ha visto. Es poesía de la experiencia que en el modernismo llamaron "poesía sintética" o sinteísta. El poeta es aquí un fotógrafo que en lugar de cámara usa las palabras. Los haikus pueden acompañar acuarelas o postales. Jorge Luis borges escribió 17 (uno por cada sílaba del haiku) Aquí van algunos:

Algo me han dicho
la tarde y la montaña
Ya lo he perdido.


Hoy no me alegran
los almendros del huerto.
Son tu recuerdo.

La luna nueva.
Ella también la mira
desde otra puerta.


Lejos un trino.
El ruiseñor no sabe
que te consuela.

miércoles, 1 de febrero de 2012

LA EVOLUCIÓN DEL DETECTIVE


En principio, el protagonista de la novela detectivesca era un ser excepcional y supercerebral, casi inhumano, que restauraba el orden social mancillado por un crimen. Tras Poe, Wilkie Collins y Gaston Leroux, aparecen los protagonistas delincuentes (Lupin, Raffles, Fantomas) que atacan a la sociedad ennoblecida robando a un criminal. El padre Brown, Mrs. Marple y Hércules Poirot dieron paso a individuos amorales e imperfectos ( de Hammet, Chandler o Mickey Spillane) que estaban dotados para la resolución detectivesca como medio de enfrentarse a una sociedad que los ha marginado. Aparece entonces la novela criminal, la novela negra en la que el protagonista revela la hipocresía de un mundo aparentemente perfecto. Una curiosa derivación es la del indagador fuera de época, por ejemplo, las tramas detectivescas en Roma (La plata de Britania, Lindsay Davis) o el futuro fantacientífico (Yo, Robot de IsaacAsimov)
En cualquiera de sus variantes, la novela criminal siempre tiene los elementos del Cluedo: Móvil, coartada, arma del crimen, interrogatorio, pistas. Y ha sido con los enigmas forenses o de espionaje dónde ha alcanzado su máxima sofisticación (la detective Kay Scarpetta de Patricia Cornwell) o su estefanización más popular (los e-book pulp de John Locke) Digamos que tocó techo con El nombre de la rosa en la que Umberto Eco hace guiños a todas sus convencionalidades, o con Agatha Cristhie y sus tramposos finales (Asesinato en el Orient Express, en el que todas las pistas de la novela son auténticas, ninguna falsa, o ¿Quién mató a Rogelio Ackroyd? que ya hizo Borges en tan sólo 5 páginas con Hombre de la esquina rosada)
Hoy día está rebalsada, y ya se ha dicho todo sobre su estructura, explotada en series de TV: Murder She Wrote, CSI, House etc. (cambiamos al asesino por una enfermedad, y House y Wilson son Holmes y Watson) En la actualidad estas novelas son un mero pasatiempo que juega a las pistas falsas y equivalen a "dale la vuelta si quieres saber". Se han escrito tantas, hay semana de Novela Negra de Gijón, premio RBA, ¿qué tienen que incluso estando Conan Doyle harto de ellas, la gente las ha seguido pidiendo? Pues que la resolución de los problemas aunque ficticios, causa relajación y todos queremos que los cabos aten, que todo concuerde. Eso proporciona un relax impostado. El hombre lucha contra la entropía. Pero el enigma final, el de la vida, el que sólo puede ser resuelto con Dios más allá de la muerte, atenaza. Todo ello está plasmado en un poema anónimo que Emilio Pascual, director de Cátedra, recibió poco antes de cerrar la edición de las obras completas de Sherlock Holmes. Se sospecha que el autor puede ser un conocido autor modernista, sin embargo, se deseó respetar el deseo del escritor (y de sus herederos) de permanecer incógnito y se aceptó con agrado infinito su particular homenaje a Holmes y Watson:

EL REENCUENTRO ENTRE HOLMES Y WATSON A LA MUERTE DEL PRIMERO:

No hay nada elemental, solo la muerte,
merece algún respeto:
la vida es tal recurso de la suerte,
que un fracaso es un reto.

Así que, amigo mío, no lamente
descubrir el secreto:
el tiempo aquí no sirve, sea valiente,
que yo soy su amuleto.

Y no se quede ahí mirando todo,
buscando explicaciones:
se respira mejor desde aquí fuera.

No hay nada elemental ni hay otro modo
para estas vacaciones:
vámonos, Holmes, el infinito espera.
Mi diálogo favorito entre Holmes y Watson (dejando de lado el curioso incidente del perro a medianoche o el Usted ve, pero no observa) es aquel en el que Holmes le advierte que va a soplar viento del este, un viento que nos barrerá a algunos, pero como es Dios quien mueve el viento, cuando amaine será un mundo nuevo y mejor.

LA NOVELA QUE A FAULKNER LE HUBIERA GUSTADO ESCRIBIR


El Conde ya hizo una entrada estupenda de Moby Dick de Herman Melville como la gran novela americana y el Pequod como representación de la Humanidad. Ahora, aparece editado por Panini la versión en cómic, dentro de esos Clásicos Ilustrados Marvel de los que hablé recientemente. La trama: Ismael, un joven marinero, sube a bordo del más singular ballenero. Cuando el buque zarpe y conozca a su tripulación, Ismael llegará a cuestionarse su propio juicio. El más terrible de todos sus compañeros de viaje es el propio Capitán Acab, un hombre obsesionado con la ballena blanca que tiempo atrás devoró su pierna y cuya persecución puede conducir a todos a la más terrible muerte. Dibuja Pascal Alixe y guioniza como no, Roy Thomas. También dejo un mapa de ruta precioso que venía en las guardas de una vieja edición.