viernes, 9 de diciembre de 2011

EL ALTER EGO DE ROBERT E. HOWARD


El autor de Conan sufrió acoso escolar y reiteradas burlas durante su adolescencia por ser un alfeñique, cosa que solucionó entregándose a los deportes y el culturismo. Su bárbaro literario era todo lo que su fantasía ansiaba: un superhombre que recorría la era Hyboria sin responder ante nadie, pleno de poder y libertad, que finalmente conquistaba un reino propio, sin temor a nada. En el mundo real, Robert idolatraba a su madre, con la que vivió hasta que, sabedor de la enfermedad terminal que la aquejaba, se disparó con una escopeta, suicidándose. No tuvo el valor de verla morir. La madre falleció tres días después de que él se suicidara. Al final de su vida, no pudo ser Conan, por mucho que se lo propusiera, sino el niño asustado y solitario que quería pisar con sus sandalias los ensortijados tesoros de la tierra.

1 comentario:

  1. Gran personaje el creado por Howard, un antiheroe capaz de traicionar, robar y asesinar, supersticioso y arrogante pero sin ser cruel, lástima que Robert no tuviera una pizca de su valor y se suicidases absurdamente. Supongo que como todos el deseaba y admiraba ciertas cualidades de las que carecía.

    ResponderEliminar