jueves, 20 de octubre de 2011

¡INDIGNAOS! ¡COMPROMETEOS! ¡COMPRAD MI LIBRO!


Creía que Stéphane Hessel era un oportunista que con "la esperanza de ver surgir una izquierda impertinente con peso", había perpetrado dos panfletillos para los que no tenían voluntad de leer los tochos de Trostky, Marx, Chomsky o cualquier gurú inaccesible a un lector perezoso. Pero cuidado, porque cuando uno de los redactores de la Declaración de los Derechos Humanos, superviviente del nazismo, dice que la cosa está mal, debemos preocuparnos. Cualquier medio de luchar contra la indolencia es bueno.
He aquí algunos párrafos que he seleccionado:
Es verdad que las razones para estar indignados pueden verse hoy menos claramente relacionadas o el mundo se ha vuelto demasiado complejo. ¿Quién está haciendo el ordenamiento, quién lo decide? No es siempre sencillo diferenciar entre todas las corrientes que nos gobiernan. No estamos lidiando con una pequeña elite cuyas actividades pueden ser fácilmente visibles. Este es un mundo vasto, en el cual tenemos una sensación de interdependencia. Vivimos en una interconectividad como nunca antes. Pero en este mundo todavía hay cosas intolerables. Para verlas, es bueno y necesario mirar, buscar. Le digo a los jóvenes, busquen poco y eso es lo que van a encontrar. La peor de las actitudes es la indiferencia, decir ’No puedo hacer nada contra eso. Ya me las arreglaré para salir adelante’. Por incluirte a ti mismo en esto, pierdes uno de los elementos que hacen al ser humano: la facultad de indignarse y el compromiso que es una consecuencia de lo primero.
[...] A la gente joven le digo: Miren alrededor, encontrarán temas que justifiquen su indignación — hechos acerca del tratamiento de inmigrantes, de inmigrantes "ilegales", de gitanos. Encontrarán situaciones concretas que les llevan a fortalecer su acción ciudadana. ¡Busquen y encontrarán! Es necesario entender que la violencia se opone a la esperanza. Es necesario preferir la esperanza, esperanza por sobre la violencia. La no-violencia es el camino que debemos aprender a seguir. También los opresores.

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