lunes, 19 de septiembre de 2011

APASIONANTE, PERO... ¿REAL?


Tras agotar el tema de la psicomagia con la entretenidísima "La danza de la realidad", su explicación con ejemplos en "Psicomagia", y el flojo y oportunista "cabaret místico", Jodorowski ha vuelto a la carga con su otra invención, la psicogenealogía. Si la psicomagia consistía en engañar al subconsciente para curar una dolencia espiritual, mediante un acto metafórico, la psicogenealogía parte de la premisa de que determinados comportamientos inconscientes se transmiten de generación en generación e impiden al sujeto autorrealizarse, por lo que para que un individuo tome consciencia de ellos y se pueda desvincular de los mismos es necesario que estudie su árbol genealógico.
Podría decirse,que en ocasiones estamos "poseidos" por nuestras familias, particularmente las relaciones con nuestros padres juegan un papel fundamental en la formación de la psique del individuo, por lo que resulta imprescindible desatar esos "nudos" con el pasado,e ir descargando el peso de las experiencias de vida que no nos corresponden.
Un ejemplo relatado por Jodorowsky, es el bautizo de un hijo con el mismo nombre que su padre, o su abuelo, lo cual generaría en el sujeto una gran carga al ser una proyección del proyecto vital de las generaciones anteriores, y no un individuo diferenciado, con proyectos y pensamientos propios. Esto podría causar dificultades en la búsqueda de identidad, o una abrumadora sensación de responder a las demandas familiares implícitas.
La familia espera de nosotros, y asumimos un rol, como en un pequeño teatro, de quedar bien, de espectativas, de refuerzos ante los demás, etc. La familia es como la tribu. Tras este libro, Jodorowsky podría dedicarse al estudio de uno de los grandes enigmas de las relaciones familiares: ¿Para qué sirve un cuñado?

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